Letras muertas
Esta es la primera vez que escribo una carta que desde su nacimiento está condenada a muerte... ¡pobrecilla!, pudo pasar de una palabra o dos a una multitud de hojas agobiadas por cientos de palabras... sin embargo, nació condenada a muerte.
No me imagino cuánta bellas, increíbles e ingeniosas declaraciones de amor pude haber escrito aquí, aún no descubro a cuántos ecos desesperados es equivalente un amor mal disimulado... ¿cuántas letras, líneas, besos y versos caben en mi tintero?.
Esta carta agoniza porque no puedo ser la que fui para continuar escribiendo, ni tampoco puedo ser la que soy sin dejar de preferir cerrar los ojos para disfrutar el prohibido placer de mantenerte oculto en mis pupilas.